No es lo mismo tragar que degustar

He observado que cuando las personas consumen información en las redes sociales, como Facebook, más que degustar, la tragan. Al poner un “me gusta”, es probable que haya leído, más que observado.

¿Cuántos de los que encuentran en un mensaje algo más que un “buenos días”, “buenas noches”, “hace calor”, “tengo frío”, “por fin es viernes”, “estoy comiendo” lo leen con detención?

Veo que al poner un escrito con opiniones e ideas, se puede aspirar a un “me gusta”. Bien por eso, al menos alguien lo vio. Sin embargo, ¿reflexionó?, ¿pensó?, ¿evaluó?, ¿comparó?, ¿comprendió?, ¿revivió alguna experiencia?, ¿tiene algún punto de vista?

Si hay un planteamiento social, un mensaje de apoyo a una causa, resulta cómodo para la consciencia poner un “me gusta” y quedar con la sensación que hemos hecho algo valioso para apoyar la idea o combatir alguna injusticia.

De 1.000 “amigos” en Facebook, ¿cuántos serán los que verdaderamente degustaron un escrito? La mayoría simplemente se lo tragó, en un vistazo de unos pocos segundos.

Pareciera que hoy se lee más que antes. Sin embargo, es dudoso que la inteligencia del lector se fortalezca y alimente, porque más que degustar, traga. Se pueden perder la maravilla de la comunicación con otro humano, una posibilidad única de nuestra especie, única en esta creación.

Habría que poner más atención y darse cuenta de que la mayor parte del tiempo se pasa durmiendo, con los ojos abiertos o cerrados. Y la vida, mientras tanto, se escapa.

¿Leíste este escrito hasta aquí? Mi sincero agradecimiento por ello.

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