Pido la palabra

Hay que aprender que así como con la palabra se construyen cosas muy buenas y trascendentales, así también la palabra puede ser tremendamente destructiva. Toda expresión verbal provoca una idea, viene por una idea y ésta nunca viene sola. Tiene siempre otras ideas anexas subordinadas. Pero además, toda idea y todo conjunto de ideas subordinadas trae una emoción, un afecto y muchas otras asociaciones de ideas tanto personales como colectivas.

De manera que cuando la palabra es correcta, cuando la palabra es perfecta, trae muy buenas asociaciones; muy buenas ideas a las que se unen pensamiento y sentimiento de manera lineal en un propósito que está muy claro y definido. «Y en total inofensividad», porque así debe ser la palabra, no hacer daño, nunca, ni en pensamiento, ni en sentimiento ni en acción. Pero cuando las cosas se dicen por decir, puede hacerse mucho daño.

Es conveniente aprender a expresarse oralmente en la forma lo más precisa posible. Sugiero que aumentes tu vocabulario, que articules bien para que cada vez tu palabra sea más entendida y se preste a menos malas interpretaciones y a menos asociaciones equivocadas. Además, te da algún tiempo para reflexionar lo que dices.

Por supuesto, al comprender esto se elimina, de todas maneras, todo tipo de groserías. Aunque creas que es muy simpático decirlas y que no tienes ninguna intención negativa al proferirlas, estás evocando la negatividad, puesto que mucha gente la ha usado con fines destructivos, negativos y ofensivos. Entonces, cuando se pronuncian, se pone en vibración esta fuerza aunque no tengas esta intención.

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