Mi mente nunca ha funcionado normal. Para algunas situaciones tengo muy mala memoria.
Toda mi vida me ha costado recordar rostros. Pueden presentarme hoy una persona y mañana ya no recuerdo cómo era. Tengo que hacer un gran esfuerzo de uso de técnicas para lograr registrar su imagen.
Puedo ver una película o una serie de TV y a las pocas semanas ya no recuerdo siquiera si la vi. Lo bueno de esto es que he disfrutado varias veces de algunas películas, porque no recuerdo en qué terminan.
No retengo fechas que para otras personas son importantes. Menos mal que ahora existe el calendario de Google.
Como a todos les pasa, hay personas que han hablado mal de mí o que me han traicionado. Al poco tiempo no recuerdo lo que me hicieron e, incluso, me olvido hasta de sus nombres.
He vivido momentos ingratos en la vida y también se me olvidan rápidamente.
Recuerdo muy fácil lo que aprendo y practico. Todo eso lo puedo recuperar de mi mente cuando quiera.
Eso sí, donde estallan mis habilidades memorísticas es con las personas y acontecimientos que me han mostrado generosidad y apoyo en los momentos difíciles. Infinitas gracias por vuestro apoyo que ha traido tranquilidad a mi vida.
Como también, jamás olvido y ni siquiera jamás saco de mi mente y mi corazón la ayuda que me han dado, por ejemplo, cuando necesité dinero para pagar un tratamiento médico y hospitalización. Tuve la ayuda de un par de ángeles que aún están en esta tierra. Y dediqué mi energía a poder devolver ese favor lo más rápido posible.
En esto, sí, tengo una memoria brillante.
Infinitas gracias.
