Es valioso darse un tiempo en la vida para ratos de ocio y diversión, sin esperar nada especial, sino simplemente compartir un juego de estrategia y una conversación alegre y sencilla. En un juego así, nos sentamos mirándonos a las caras, posición tan distinta de lo común en la sociedad de hoy, en que la gente se sienta mirando hacia adelante (hacia una pantalla de TV) o mirando hacia abajo (hacia una pantalla de teléfono móvil).
A través de actividades simples como esta, es posible conocer más en profundidad a los amigos… siempre y cuando se cumpla esta condición: sentarse de modo de poder mirarse.