Debemos ser humildes con respecto a la posibilidad de alcanzar el conocimiento y la verdad. Quizás la verdad absoluta no la alcancemos nunca. Cada día nos podremos acercar un poco más a ella, siempre que reconozcamos nuestra ignorancia y nuestras limitaciones. Si una persona cree saber todo respecto de un tema, ya no tiene más que aprender de él. Entonces se limita en la posibilidad de conocer más. Hasta allí llega su desarrollo y aprendizaje.
Incluso el espacio y tiempo es propio de la ilusión de la materia. El espacio no existe en el plano mental. Einstein nos muestra que el tiempo y el espacio son relativos a la materia y a su velocidad de desplazamiento. Por ello, cuando alguien trasciende la percepción a través de lo físico, desarrolla sus vehículos interiores, su alma, percibe de otra forma que lo acerca más a la verdad y lo aleja de lo ilusorio.
Si es imposible conocer realmente cómo es un objeto físico, no es difícil deducir lo imposible que es conocer completamente a otra persona. Esta es la principal causa del sufrimiento humano. Se esperan cosas de los demás, se esperan reacciones de ellos, se hace depender la existencia propia de los actos de los otros. Se piensa y se desea que otra persona sea de tal o cual modo. Y como el otro no satisface plenamente nuestras expectativas, viene el sufrimiento y la desilusión.
