Soneto al solsticio

Te vi, te toqué, y el sol se detuvo unas horas en mi vida.

Recuerdos que son presente, presente que se hizo pasado.

Tanta cercanía en medio de mucho tiempo alejado,

¿cuándo habrá otro Solsticio? Dejamos que el destino decida.

Miradas, encuentros y aromas, que sólo el alma anida,

interrumpidos quizás por las sombras de un infortunado,

pero cuyas nubes nunca oscurecieron lo anhelado,

evitando el olvido de una mente o un corazón suicida.

Te vi y el sol se detuvo. No hay tiempo para olvidar ternura.

No hay tiempo para renovar la noche evocada.

Solo existe la oportunidad para mantener la cordura.

Tus caricias y besos serán siempre una dulzura.

Un perfume de amor y entrega recordada.

Una esperanza y fortaleza de un alma pura.

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