El cráneo azteca o extraterrestre

Hace años estuvo de moda los libros de Erich Von Daniken. En ellos, el escritor hace una enorme mezcla de ciertos descubrimientos arqueológicos con conclusiones carentes de un sólido fundamento. En esos años enseñé muchas de sus falsedades a quien quisiera aprender. No fue fácil, y creo que todavía no lo es. Muchas personas tienen el llamado “sesgo de confirmación” que consiste en atender solamente aquellas ideas que se corresponden con lo que creen verdadero previamente. No hacen un análisis ni están dispuestas a aprender. Bueno, creo que todavía hay fanáticos de este escritor.

En sus libros, Daniken atribuye, por ejemplo, la fabricación de un cráneo de cristal a los aztecas. Uno de los muchos elementos con los que ha pretendido probar el origen extraterrestre de varias culturas o bien la visita física de extraterrestres a nuestro planeta.

Recuerdo que hace décadas atrás explicaba por radio que esto me parecía muy dudoso, que puede haber otras explicaciones. Lo que estaba claro era que la tecnología azteca no podía haber desarrollado esto. Entonces, la conclusión del escritor era que TENIA que ser extraterrestre. Mi posición adversa a ésta fue ampliamente criticada por muchos auditores de mis programas de radio en una época en que era tan popular el escritor que se llegó a hacer una película, tan famosa y popular como otras que están circulando ahora (“El Secreto”). Von Daniken llegó a vender 60 millones de ejemplares de 26 de sus libros. Explotar la credulidad de las personas tiene un éxito envidiable. La historia de este aprovechamiento de lo que la gente quiere creer y del fácil uso de enlazar causas con efectos que no le corresponden, seguirá ocurriendo sin duda.

El tiempo va aclarando las cosas.

Descubren que cráneo de cristal que se atribuía a los aztecas data del siglo XIX

Las investigaciones revelan que el cráneo fue fabricado entre 1867 y 1886 por artesanos en el sur de Alemania, con cuarzo de los Alpes.

El llamado cráneo de cristal «azteca» del Museo parisino del Quai Branly no es una pieza precolombina sino que data del siglo XIX, informaron expertos del Centro de Investigación y Restauración de los Museos de Francia.

Hace años que había dudas sobre el origen azteca de la pieza, de cuarzo límpido, de 11 centímetros de alto y 2,5 kilogramos de peso.

El examen del cráneo con un acelerador de partículas, rayos ultravioletas y detector de humedad en profundidad realizado por los expertos del citado centro, ubicado en el Louvre, ha aportado la prueba de que es una creación de la última parte del siglo XIX.

Las ranuras y perforaciones revelan que se utilizaron fresadoras de joyería y otros instrumentos modernos, indicó el director adjunto del patrimonio y colecciones del Museo del Quai Branly, Yves Le Fur.

«Nunca se encuentra semejante precisión técnica en el arte precolombino, en el que el empleo del cristal es muy raro, por cierto», sentenció Le Fur en el diario «Le Figaro».

Se cree que inicialmente debió de servir de base decorativa a un relicario cruciforme, al estilo barroco que estaba entonces de moda.

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