Demasiado fácil. Incluso es fácil decir “te amo”. Basta hablar o decir esas palabras. O enviar un corazoncito por chat o un “abrazo de luz”.
Sin duda es reconfortante recibir esos mensajes. A mí me gustan y me hacen tener un mejor día. No obstante, el querer y amar se demuestran realmente mediante acciones concretas. Y muchas veces eso es lo que se necesita.
Es más recompensa aún el saber y darse cuenta de que una persona ha hecho un esfuerzo, se ha dado un tiempo para venir y darte un abrazo físico y no sólo de luz. Que ha venido en tu ayuda y apoyo concreto en lo que puedas necesitar. O que viene a conversar en persona para mirarse a los ojos y recordar que somos humanos y, por lo tanto, seres sociales.
A veces decir un te quiero o te amo pueden no ser más que una manera consciente o inconsciente de tranquilizar la consciencia o algún sentimiento de culpa.
En día de la amistad o de los enamorados —una idea puramente comercial para vender más y que consumamos más y así sostener esta sociedad—, resulta cómodo un saludo o enviar una tarjeta o comprar unas flores que alguien vende en la esquina mientras conduces tu vehículo o llamando a una florería para que vayan a dejar un ramo. Yo creo que es más lindo cortar y elegir algunas flores de tu jardín que no serán perfectas, pero que te diste un tiempo para prepararlas y ofrendarlas. (Aunque, por cierto, no todos apreciarán este gesto y preferirán el ramo perfecto de la florería). Ahora incluso la tarjeta puede ser digital: rápida y de costo cero. ¡Asepsia total!
Algo diferente e inolvidable puede ser visitar a un amigo y averiguar qué pudiera necesitar. Y con algo de generosidad, colaborar en lo que pueda estar careciendo en ese momento.
A un banco no le podemos pagar con corazoncitos. Hay que tener algo más concreto que eso. Un enfermo puede necesitar más que un abrazo de luz, puede requerir medicamentos.
Para las parejas creo no debería existir un día del amor. Tendrían que ser todos los días y con atenciones y ocupaciones que demuestren, más que al otro, a sí mismo, que es una persona importante en la vida.
Todo a su tiempo. Es como encontrarse con alguien que han atropellado y que le dijéramos: te quiero mucho, siempre te tengo presente, recibe un abracito. No actuaríamos así, ¿verdad? Llamamos primero una ambulancia y le damos los primeros auxilios. Después vendrá el momento de reconfortarlo y, de paso, ayudarle a comprender que no tiene que ser tan imprudente de cruzar una calle de improviso. Puede que la ayuda concreta se necesite ahora, no mañana ni más rato. Tal vez después ya sería demasiado tarde.
Me gusta saber que me quieren, en todo caso. También disfruto de un encuentro a la antigua, persona a persona. Y como todo mortal, en ocasiones necesito un apoyo concreto también.
Gracias de corazón a todos los que me expresan su cariño, el que he recibido estas últimas semanas a torrentes. Gratamente sorprendido y agradecido de la vida.
