Es una alegría poder despedirse y agradecer a tiempo

Rejane Chili es una mujer de 49 años, de Porto Alegre, Brasil. Hace pocos meses le dijeron que tenía cáncer. La enfermedad evolucionó rápidamente al estado terminal. Rejane está ya muy frágil y no puede salir del hospital desde hace ya varias semanas. A lo largo de estos duros momentos, la mujer recibe frecuentes visitas de sus amigos y familiares, aunque con frecuencia echa en falta la presencia de alguien muy especial.

Rejane siente pasión pos su perrito Ritchie. Lo tiene desde que era un cachorro y lo cuida como si fuera su propio hijo. Para ella, pasar todo este tiempo sin él ha sido una verdadera tortura. Está muy asustada con la posibilidad de morir sin volverlo a ver de nuevo. Rejane pide muchas veces que le traigan a su perrito. Sin embargo, el hospital no permite las visitas de animales. Así mismo, el riesgo de contraer infecciones para alguien tan frágil de salud es demasiado grande.

Pero Rejane se está muriendo, y el contacto con unos gérmenes de más no empeoraría su estado actual. Conmovidos con esta última petición, el Grupo de Cuidados Paliativos del hospital Ernesto Dornelles, donde la mujer está siendo tratada, decide hacer una excepción y autorizar la entrada del peludo visitante.

En el día acordado, Tiago, el hijo de Rejane, toma un taxi con el perrito y se dirige al encuentro con su madre. Por razones de seguridad, el encuentro está programado para que se produzca en una sala especial. Pero cuando Ritchie ve a su dueña desde lejos, no puede esperar ni un segundo más: el perrito corre hacia Rejane, y antes de que nadie pueda reaccionar, salta sobre la cama de hospital y empieza a lamerle toda la cara. ¡Qué encuentro tan emocionante! El perro y su dueña están claramente exultantes de felicidad. Y las personas que los contemplan no pueden evitar el llanto.

¡Qué imágenes tan emocionantes! Este último deseo fue ciertamente poco común, pero demuestra lo mucho que queremos a nuestros animalitos. Incluso en sus últimos momentos, Rejane queria tener la oportunidad de despedirse de su mejor amigo. Si esta historia también te emocionó, compártela com todos tus amigos. Debemos escuchar y respetar siempre, en la medida de lo posible, los deseos de aquellos que se disponen a dejar este mundo.

Yo también quiero tener la oportunidad de despedirme de mi mascota. ¿Por qué yo, como muchas otras personas, les tenemos tanto cariño? Porque son leales siempre y te manifiestan su cariño y alegría de estar contigo.

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