El último tren

Muchas veces te puedes encontrar, como yo lo he estado, en situaciones en que no estás seguro si permanecer o retirarte.

Encuentras muchos aspectos positivos o agradables; y también hay aspectos ingratos o que te gustaría que fueran de otra manera.

Nada será como idealmente uno lo quiere. La vida no es perfecta para uno. La gente con quien te relaciones es diferente. Tienen su historia, sus bloqueos, sus motivaciones, sus intereses. Cada persona es una vida distinta. Las circunstancias tampoco son tal como uno quisiera. En síntesis, nada es perfecto. La vida, al parecer, nunca es justa.

¿Me quedo? ¿Me voy? ¿Insisto? ¿Hasta qué punto tengo que jugármela?

No puedes permanecer mucho tiempo en una indecisión, porque vivir a medias es no vivir. Se te escapa la vida si actúas de manera tibia. ¿Cómo podría correr el riesgo de involucrarme a plenitud aunque no todo sea perfecto?

Este es el tema que trata la canción “Last Train to London” de Electric Light Orchestra.

El último tren a Londres está a punto de partir. ¿Debo quedarme esta noche o irme? No queda tiempo. El tren se va.

¿Qué opción toma el protagonista? ¿Qué decisión tomarías tú? ¿Cuál es la clave que le hace al protagonista tomar la alternativa que, seguramente, es la correcta

EN LA CANCIÓN: «El último tren a Londres»

El personaje de la historia debe decidir, pese a dudas razonables, si permanecer con una mujer con la que puede profundizar su relación o ante algunas dificultades, marcharse en el último tren. Quedan pocos minutos.

¿Qué decisión toma? Pues, quedarse.

¿Y qué es lo significativo que le hace tomar esta decisión? Vio en los ojos de ella destellos de amor.

Creo que cuando hay amor en las relaciones humanas, hay esperanza. Y estos sentimientos muchas veces no son evidentes: hay que aprender a observar más que mirar, a escuchar más que oír. Como sabemos, lo esencial no es fácil de percibir, se requiere también amor del observador para ir más allá de las apariencias del otro, más allá de sus miedos y de las máscaras con las que se presenta ante el mundo.

Amar y ser amado, si bien son cualidades intrínsecas del ser espiritual que todos somos, es un sentimiento que suele permanecer oculto o distorsionado por desajustes en la personalidad, producto de las experiencias de vida. Es pues un sentimiento que tiene que ser cultivado y practicado.

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