Antes de cultivar la tierra (antes de la cultura),
antes de levantar pueblos, ciudades e imperios;
antes de correr, montar, motorizarnos y volar;
antes de escribir y leer, antes caminamos,
fuimos nómades y así poblamos el mundo.
Caminar me inspira, me vuelve creativo,
me vuelve filósofo, me rejuvenece y me vitaliza.
No importa dónde, sólo caminar.
Disfruto caminar sin rumbo fijo desde los seis años de edad.
Caminando te encontraré y te tomaré la mano.
Caminaremos entonces juntos. Algún día.
¡Cuando escampe!