Ducharse con agua fría o caliente no hace ninguna diferencia para la salud. Así lo han demostrado hace tiempo los especialistas.
Por muchos años, siguiendo enseñanzas naturistas, me duché con agua fría, lo que se suponía fortalecía la piel y aumentaba las defensas. Brrrrr…. ¡falso!
Incluso ducharse con agua fría puede ser peligroso porque precisamente se puede provocar un debilitamiento que atraiga virus o bacterias.
Lo mejor, agua tibia. Solo o acompañado.