Existe en el ser humano la sensación de soledad. Cada persona es un ser único en el Universo y por tanto no habrá otro igual. Esto causa una soledad existencial.
Sin embargo, tenemos puntos en común con los demás. Con cada persona puede haber una motivación, un conocimiento, una experiencia que compartir. Y esto hace posible y deseable la comunicación. Solamente podemos realizarnos si estamos con los demás.
Evolucionar o aprender carece de sentido si no es en relación con los demás, si no tenemos con quien compartirlo. Cada vez que nos encontremos con otro ser humano, no busquemos las diferencias, lo que nos separa.
¿Para qué ocupar la vida en disgustos y discusiones? Busquemos aquello que tenemos en común. Preguntémosle al otro sobre sus intereses, sus pasatiempos, su trabajo. Y tendremos la oportunidad de aprender algo nuevo de manera directa, mucho más entretenida que leer un libro al respecto.
