Un grito que no existe

—¡Quisiera estar solo, lejos, lejos, en mi galaxia!

Gritó el viajero interestelar en medio de los terrícolas.

Su grito no era audible para los oídos humanos.

Quizá para su perro y un gato vecino.

¿Fue abandonado por una nave? ¿O fue teletransportado?

¡Qué importa! La multitud igualmente lo aplasta, no lo oye.

Ni lo ve.

No le importa. No le entienden. No pueden.

Un grito desgarrador no se oye en la tierra.

¿Se oirá en otra galaxia?

Viajero solitario, seguirás abriendo surcos,

en el espacio y el tiempo.

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