Detrás de la imagen de uno de los íconos publicitarios más reconocibles del mundo, se encuentra una encantadora y no demasiado conocida historia.
El pintor Inglés Francis Barraud, a la muerte de su hermano Mark, recibió como herencia un fonógrafo a manivela, unos cilindros de cera, y un pequeño perro, cruza con un Fox Terrier, llamado Nipper.
Francis notó que cuando los cilindros reproducían la voz de su hermano fallecido, el perrito se acercaba a la bocina y escuchaba atentamente.
El pintor captó en su lienzo ese momento, y el título no podía ser más lógico; His master’s voice (La voz de su amo).
Era 1895, y Francis pensó que podía interesarle a la Edison Bell Co. de Londres, creadora del fonógrafo a cilindro, pero la obra fue rechazada.
Así que el cuadro volvió a su taller, donde permaneció durante cuatro años, hasta que enterado de su existencia, William Barry Owen, gerente de relaciones y propaganda de la empresa discográfica “Gramophone”, le sugirió a Francis que reemplazara el fonógrafo a cilindro de Edison de 1877, por el gramófono a disco inventado por Emilio Berliner en 1888, y el pintor así lo hizo.
Sobre la figura del fonógrafo pintó la del gramófono, y Owen adquirió entonces la obra.
La marca fue registrada por Berliner el 10 de julio de 1900.
Al año siguiente, el mismo Berliner, junto a Elridge H. Jhonson, fundaron la RCA Víctor, en Camden, Nueva Yersey, el 3 de octubre de 1901, y a partir de ese momento, la imagen del Nipper escuchando atentamente el gramófono, se hizo famosa en el mundo entero pues todos los productos fabricados por la compañía, llevaron sin excepción impresos o moldeados con ese emblema.
Desde las primeras grabaciones acústicas sobre matriz de cera hasta las actuales láser, compactas o digitales, llevaron, llevan y seguramente llevarán a Nipper sentado frente a una bocina como un símbolo universal de la Música.