1993
¡Humanos sin alma!
He sido, soy y seré un luchador por los derechos humanos lo que, en mi concepto, incluye la igualdad de género. Cuando casi nada se hablaba de este tema, me siento orgulloso de haber sido de los primeros en luchar por los derechos de las mujeres en cuanto a su sexualidad. Ya en la universidad integré el primer movimiento practico y concreto al respecto.
También soy un luchador contra los prejuicios y los miedos que las religiones inculcan a las personas para someterlas.
Este año tengo un áspero diálogo con otros panelistas en radio. Una emisora que incluso tiene como accionista principal el Arzobispado de la ciudad donde se emite.
Se expresan contra la fertilización in vitro argumentando que eso va contra la naturaleza y contra dios. Que es imposible que nazca un humano de tal sistema de reproducción.
Retruco con toda mi energía que esto es ignorancia, prejuicio o manipulación o todo lo anterior. Que las personas que nacen en esta condición son tan humanos como cualquiera. Me responden que no tendrán alma.
Consideré y considero que eso es un insulto a estas personas y que el tiempo va a demostrar que será imposible distinguir que quienes hayan nacido por fertilización natural o asistida.
En esta fecha se cumplen 15 años del primer nacimiento de este tipo. El primer “bebé probeta”, como se les llama todavía, nació el 25 de julio de 1978. Se trata de la inglesa Louise Brown. Ya son miles y están con nosotros Por los prejuicios especialmente religiosos, mantienen discreción sobre su método de nacer. Así pues, son seres humanos y con alma, como todos nosotros. Nadie puede distinguirlos porque no son diferentes a los demás.