1968

De Cézanne a Miró

Se efectúa aquí la magnífica exposición «De Cézanne a Miró» acontecimiento artístico que obligo a tomar una serie de medidas de seguridad, por lo que la vigilancia se redobló, como también el personal de atención, ya que vienen visitantes de todas las provincias y especialmente delegaciones de estudiantes. En una ocasión, los guardias de la puerta principal de la quinta detuvieron a la escultora y pintora Laura Rodig, que cumplía la misión de profesora guía de estudiantes. «Señorita, no es hora de atención». Laura que era muy ingeniosa y llena de anécdotas, les dijo: «soy niñóloga del museo». Los carabineros, impresionados, inmediatamente le franquearon la entrada.

Nunca más en mi vida volverá al país una exposición del expresionismo tan completa.

He ido a verla varias veces. El primer día que entré, pasé a uno de los salones y sentí una sensación extraña y rápida, como miedo o ansiedad, un vacío en el estómago. Vuelvo la vista hacia mi lado derecho y me encuentro con el cuadro «El Grito» de Edvard Munch pintado en 1893. Lo percibí de manera subconsciente antes de darme cuenta que estaba allí.

El propio Edvard Munch contó que pintó este cuadro después de un paseo con dos amigos. De repente, al ponerse el Sol, el cielo se tiñó del color de la sangre y sintió “un grito infinito que atravesaba la naturaleza”. A día de hoy se sabe que muy probablemente aquellas tonalidades fueran fruto de la actividad del Krakatoa. El volcán está en Indonesia y el pintor vivía en su Noruega natal. Sin embargo, en 2004 un grupo de físicos demostró que por aquellas fechas tuvo lugar una gran erupción cuyos escombros generaron crepúsculos rojizos visibles en Europa desde noviembre de 1883 hasta febrero de 1884.

Aunque había una explicación natural, la salud mental de Munch no estaba en su mejor momento, de ahí que interpretara la escena de un modo muy diferente. Pero era muy consciente de ello. De hecho, llegó a dejar una inscripción sobre el cuadro en la que rezaba “Sólo puede haber sido pintado por un loco”. 

Tengo adicción por las enciclopedias

De niño conocí las enciclopedias. Las leía en las bibliotecas. Me acuerdo por ejemplo de «El Tesoro de la Juventud«. No me es posible comprarlas porque cuestan mucho dinero. Así que ahora que se venden en fascículos semanales y que vienen a todo color, es una maravilla para mí. Me gusta mucho «Monitor» y la enciclopedia «Fauna», también de Salvat.

Seamos realistas, pidamos lo imposible.

En mayo de este año se produce un estallido social en París. Cohn Bendit, un estudiante en la Universidad de Nanterre, lidera un movimiento por la reforma universitaria que hace tambalear al gobierno del general de Gaulle. En estos días se desarrolla un profundo cambio cultural que marcará la historia.

Las paredes se llenaron de grafitis que han pasado a la historia: «Seamos realistas, pidamos lo imposible». Es el momento de nosotros los jóvenes. Este año, los trabajadores y la izquierda observan sorprendidos, mientras la derecha se horroriza. Los jóvenes son los protagonistas.

Las chicas usan las faldas muy cortas; inolvidablemente cortas (❤). Un clima de liberación recorre el mundo. Nos enfrentamos apasionados cuando, ese mismo año, el Papa Paulo VI publicó Humanae Vitae, prohibiendo el uso de la píldora anticonceptiva.

En la universidad me uno a una iniciativa para dar a conocer la píldora anticonceptiva en mi país y explico a las jóvenes cómo se usa. Pese a la prohibición de la iglesia católica, el uso se propaga rápidamente con la consiguiente liberación femenina.

La discusión ha sido violenta, incluso al interior de la misma Iglesia. Al fin, se irá imponiendo la idea que el tema debe quedar sujeto a la conciencia individual.

Conversamos estos temas y compartimos las lectura de «Rayuela» de Julio Cortázar, «Cien años de Soledad» de Vargas Llosa y muchos otros libros de escritores latinoamericanos. Cantamos la «Zamba de la esperanza».

Hacia el futuro, quienes no vivieron este movimiento y, tal vez interesadamente, dirán que ha sido una época de anargía y destrucción de los valores sociales. Sin embargo es el inicio de una cultura de solidaridad, empatía, ecología e inclusividad. La mayor libertad que se inicia aquí producirá muchos cambios sociales como la lucha por los derechos de la mujer y la caída del muro de Berlín.

Decepción

Como la mayoría de los jovenes universitarios, tenemos muchos ideales y queremos un mundo mejor. Hay una tendencia a unirse a movimientos políticos, ya sea de la izquierda o de la democracia cristiana.

Los dirigentes de izquierda me decepcionan pues no recibo ninguna explicación sobre la invasión de la Unión Soviética a Checoeslovaquia. No hubo lugar a una discusión y reflexión. Simplemente me dijeron que no corespondía que pusiera en duda la decisión de los soviéticos. «Me extraña compañero que usted dude». Así que me alejo para siempre de la política contingente.

A principios de los 60, Checoslovaquia se encontraba sumida en una profunda crisis social y económica. Aquello obligó al gobierno comunista de la época, liderado por Antonín Novotny, a liberalizar la economía. El resultado fue un relajo político que desembocaría en un despertar de la sociedad, la cual pronto comenzó a exigir más y más cambios.

Finalmente, la presión popular fue tanta que el todopoderoso partido comunista tuvo que dar su brazo a torcer. Así, el 3 de enero, Novotny fue reemplazado por Alexander Dubcek, y con él comenzaron los que aún hoy se conocen como «los años dorados de Checoslovaquia». El nuevo líder cambió al Presidente, abolió la censura y llenó el gobierno de reformistas y demócratas.

En abril de este año de 1968 se aprobó el nuevo programa de gobierno, bajo el lema «Un socialismo con rostro humano». Con él comenzaron a crearse los primeros comités para la protección de la libertad de palabra y prensa. Asimismo, aparecieron las uniones sindicales e incluso los movimientos de ex prisioneros políticos.

«Fue una luminaria en la oscuridad. Antes, nadie sabía lo que pasaba en esa zona. No teníamos mayores referencias, pues toda información o intento de revolución era dominado con represiones brutales», cuenta Gabriel Valdés, canciller del Presidente Eduardo Frei Montalva.

la Unión Soviética usó la fuerza para sofocar los primeros brotes de un proceso de independencia política llevado a cabo en Checoslovaquia y que pasó a la historia como la Primavera de Praga.

El hecho fue uno de los primeros intentos por reformar y modernizar el viejo socialismo, que en aquellos tiempos sujetaba con mano de hierro, desde la URSS, a todos los países que adherían a la ideología. Al contrario de lo que pasó en la revolución húngara de 1956, que buscaba terminar completamente con el régimen, este movimiento se basaba en la idea del «socialismo con rostro humano».

La lucha del pueblo checoslovaco termina con la entrada de los tanques a Praga, el 20 de agosto de 1968.

«Fue un estallido que se apagó con violencia. Pero nosotros no podíamos hacer nada porque la Guerra Fría no lo permitía. Es cierto que hubo alguna conmoción en el mundo y seguimos con interés a los héroes que lucharon ahí. Pero no recuerdo que haya habido condena alguna», recuerda Valdés.

Imrich Kliment, cónsul de la República Checa en Chile, explicaría que «la Primavera de Praga es un acontecimiento que todos recordamos, pero que no es festivo. Lo recordamos principalmente como la fecha, el año, en que el mundo se olvidó de nosotros, en el que sufrimos una agresión y nadie hizo nada».

Revista Mampato

Regalos anónimos

Un artículo sobre la fundación de Mampato

La creación del personaje «Mampato», fue un encargo de Eduardo Armstrong a Oscar Vega. La idea era que se pareciera a «Daniel, el travieso» (Dennis the Menace) creado por Hank Ketcham para King Features Syndicate.

La otra influencia fue «Asterix» de Uderzo y Goscinny.

Si revisamos el primer dibujo de Mampato de Oskar, es claramente parecido a estos dos personajes.

Oskar, que no era un dibujante de historietas profesional, se apoyó en un álbum de Ásterix titulado «El combate de los jefes» y de él sacó varias viñetas para adaptarlas, además de basarse como referencia en los dibujos de un romano de ese comic, llamado Campoladinus, para la figura del personaje de Mong.

El talento de Oskar es un punto sin discusión, como acuarelista fue creciendo hasta lograr la técnica de un gran maestro. Pero en el año 1968 Oskar era muy joven y sin la experiencia de historietista que Themo tenía ya de sobra, luego de haber pasado por El Peneca y otras publicaciones. Esa es la razón de que Themo Lobos tomara el relevo en el Mampato Nº3 y Oskar asumiera labores de ilustrador en la revista, labores que fueron creciendo notoriamente en calidad, a medida que iba madurando su talento. La creación del personaje «Mampato», fue un encargo de Eduardo Armstrong a Oscar Vega. La idea era que se pareciera a «Daniel, el travieso» (Dennis the Menace) creado por Hank Ketcham para King Features Syndicate.

La otra influencia fue «Asterix» de Uderzo y Goscinny.

Si revisamos el primer dibujo de Mampato de Oskar, es claramente parecido a estos dos personajes.

Oskar, que no era un dibujante de historietas profesional, se apoyó en un álbum de Ásterix titulado «El combate de los jefes» y de él sacó varias viñetas para adaptarlas, además de basarse como referencia en los dibujos de un romano de ese comic, llamado Campoladinus, para la figura del personaje de Mong.

El talento de Oskar es un punto sin discusión, como acuarelista fue creciendo hasta lograr la técnica de un gran maestro. Pero en el año 1968 Oskar era muy joven y sin la experiencia de historietista que Themo tenía ya de sobra, luego de haber pasado por El Peneca y otras publicaciones. Esa es la razón de que Themo Lobos tomara el relevo en el Mampato Nº3 y Oskar asumiera labores de ilustrador en la revista, labores que fueron creciendo notoriamente en calidad, a medida que iba madurando su talento.

Jaime Ibarra Arancibia

Perro escolta