Tendrás más éxito en tu vida si espantas de ella a la ira. Habla con amabilidad. Si tienes molestia por algo, posterga la conversación para cuando estés tranquilo. Si aun así te exigen hablar, entonces puedes decir: «ahora estoy enfadado(a) y podría decir palabras que no quiero, espérame un tiempo y conversamos cuando tenga más serenidad».
Procura hablar más de lo que los otros quieren o les interesan y hablar menos de lo que los otros no quieren oír o no les interesa.
Recuerda que la crítica apaga a las personas. En cambio, la simpatía las enciende.
Cuando sientas que estás criticando o juzgando al otro, recuerda esto que le pasó al famoso filósofo e historiador griego Plutarco.
Un día caminaba junto a un grupo de sus discípulos con un calzado muy fino, bonito y bien hecho. Entonces, uno de sus alumnos le dijo lo hermoso que era su calzado. Plutarco le dijo: —sí, pero solamente yo sé lo que me aprietan los zapatos y dónde me aprietan.
Vencer en una discusión es una ilusión. Ambos contrincantes pierden. El que «gana», adquiere un enemigo que consciente o inconscientemente procurará vengarse de la humillación.