No importa si eres hombre o mujer, ni si eres joven o viejo. No importa si seas de clase alta, media o baja. No importa si eres analfabeto o eres un doctor en algo. No importa en qué familia naciste ni dónde ni cuándo.
No importa tu religión o tu ateísmo. Ni si tienes mucha experiencia o no.
En cualquier momento puedes enfermarte o tener un accidente. O que las personas que te rodeen tengan un cambio importante. O no estén más.
Esto que tienes, quizá más rato ya no esté. No puedes saberlo. Nada permanece.
No hay que darle muchas vueltas a estos pensamientos para no angustiarse. Lo que significan es que hay apreciar cada momento de la vida porque es único e irrepetible. Es bueno aprender a ser feliz con las cosas simples de la vida. Ahora.