El enamoramiento está plagado de idealización, no vemos al otro como es realmente, sino que proyectamos sobre la otra persona todas nuestras ilusiones y nuestros deseos, todo lo que queremos en el otro queda plasmado en esa pasión. Y una relación puede comenzar porque nos enamoramos.
Cuando realmente comenzamos a ver al otro con sus fallos y sus defectos, cuando tenemos ese “choque” de realidad y aceptamos esas diferencias y llegamos a amarlas, es cuando realmente podemos hablar de amor.
Podremos entonces encontrar y entender el amor duradero si logramos ver la transición y el ajuste a las circunstancias a través del tiempo. No tiene por qué ser perfecto, tiene que ser real y responder a las necesidades de cada momento para que permanezca en el tiempo.