1957

Días de Radio con Julio Gutiérrez

“Es maravillosa la radio. Este medio de comunicación jamás va a morir. Vendrá lo que vendrá: computación, internet, televisión… pero la radio siempre va a vivir. Amo a la radio por sobre todas las cosas, y he sido un hombre muy feliz, por ser hombre de radio”.

Julio Gutiérrez Ihitz

Desde los seis años de edad me aficioné a la radio. En mi velador siempre estaba una radio RCA Víctor, a tubos por supuesto. Había que esperar un rato que los tubos se calentaran para lograr que transmitiera bien. ¿Cómo logro captar con esta pequeña radio, emisoras tan lejanas?

Descubrí la onda corta y pude escuchar transmisiones de diversos países del mundo, tales como “La Voz de Alemania”, “La Voz de América”, “Radio Moscú”, “Radio Suecia Internacional”, “Radio Suiza”, “Radio Netherland”, “BBC de Inglaterra” , «Radio Berna» (Suiza), «Radio Vaticano», «Radio La Habana Cuba» y otras. Hoy a mis diez años me escribo con mucha gente del mundo interesada en mantener correspondencia de amistad, los llamados “pen pals”. En muchas de esas emisoras, escriben auditores pidiendo tomar contacto con personas del mundo. Inicio un activo intercambio de postales, estampillas y conocimientos de otros países. Llegaría a recibir unas cincuenta cartas semanales desde todo el mundo.

Escribo a varias de ellas para que me pasen avisos de mi interés por tener amigos por correspondencia («penpals»). Algunas me contestan enviándome un banderín o postales.

Me dibujé un enorme dial a escala para ir marcando las emisoras que descubría, entre ellas algunas en idiomas que no comprendía. En el dial de la radio, la separación entre emisoras era de fracciones de milímetro.

Para lograr una mejor recepción, estudio unos libros en la Biblioteca Nacional ubicada en Alameda con Miraflores y también en la Biblioteca Municipal de Ñuñoa, ubicada en la Casa de la Cultura en Av. Yrarrázaval. Me fabrico unas antenas parabólicas martillando tapas de ollas y tarros. Todo unido con espirales de cobre (se llama «alambre de timbre»). Así mejoro notablemente la recepción. Con el tiempo pensaré que ningún adulto a mi alrededor se dio cuenta de mis inventos y creatividad. ¿Cómo será la vida sin tener estos estímulos? ¿Lograré en el futuro salir adelante pese a esta indiferencia? En el futuro me doy cuenta que lo hice sin apoyo, sin internet, sin YouTube, sin computadores, sin televisión siquiera.

Entre lo que escucho en la radio, las cartas del mundo que me llegan, las estampillas de diversos países, comienza mi motivación por saber del mundo. Si recibo una estampilla de Hyderabad, por ejemplo, me voy a la biblioteca a investigar de su lugar de origen, geografía, historia, cultura, etc. (Hyderabad es una región de la India con habitantes musulmanes). Aprendo y disfruto de la historia y geografía… hasta el bloqueo que sufriré en la secundaria.

Ya desde los 8 años de edad tengo amplio conocimiento de los países, culturas, geografía, religiones, historia, etc.

Viajo al futuro y veo que esta formación me será de enorme utilidad muchos años adelante cuando el Círculo Aleph se transforma en una organización con contacto internacional.

Juego con un tocadiscos de la casa a hacer mis programas de radio. Locuteo un rato y selecciono música para poner. Me imagino algún día hablar por ese maravilloso medio que conecta con el mundo.

Me gusta mucho escuchar radio (no hay televisión ni mucho menos internet como conocí en mis viajes al futuro). Uno de mis programas favoritos se transmite por Radio Cooperativa. El programa se llama “El Tocadiscos” y es posible votar por las canciones que uno prefiera. En base a eso se elabora un ranking. Y se sortean discos entre quienes escriban o llamen. Yo me he ganado varias veces discos de premio. Algunas veces voté por los Red Juniors (los hermanos Zabaletta).

El conductor es Julio Gutiérrez. Uno tiene que ir a la radio a retirarlos en vivo en el programa. Julio se sorprendió mucho de ver un niño chico presentándose, y solo. Además que represento mucho menos de los diez años que tengo. Me llamó “mi joven amigo”. Y siempre me trató así cada vez que me presentaba. Lo decía al aire: «ha llegado mi joven amigo». Ha sido una de las raras personas de este mundo que me ha tratado bien y con cariño. ¡Me emocioné!

Me pongo mi cinto espacio-temporal que me prestó Mampato para viajar en el tiempo. Y hago mías las palabras de Julio en cuanto a la importancia de la Radio. En el futuro, seguiría escuchando radio y comenzaría a participar como invitado en el programa “Saludando la Noche con Patricio Varela” llegando a ser primera sintonía nacional. Y después tendría alrededor de 20 programas radiales propios lo que serviría de gran difusión para construir el Círculo Aleph y sus grupos internos de desarrollo personal.

Julio se inició en los años 40 en La Serena, su ciudad natal. Allí comenzó como periodista del diario “El Día” y también en la radio, donde comenzó con su programa “El Tocadiscos”.

“El Tocadiscos” adquirió su más alto índice de popularidad cuando inició sus transmisiones en Radio Cooperativa Vitalicia, emisora en la que Julio Gutiérrez estuvo más de 25 años, y que fue su última estación radial, antes de su temprano retiro, en los años setenta.

Sigo viajando en el tiempo y la vida. Llego a comienzos del siglo XXI. Asisto a una presentación de los Hermanos Zabaletta que fueron muy famosos en un movimiento musical que se llamó “La Nueva Ola”. Formaron un conjunto llamado los “Red Juniors”. Su espectáculo se realizó a teatro lleno en el “Teatro Nescafé de las Artes”. En medio de él se anuncia la presencia de Julio Gutiérrez a quién saludan y agradecen por su aporte a la música chilena. Tuve un impulso de ir a saludarlo para decirle “aquí está su joven amigo”. Pero el flujo de público me lo impidió. Se le veía anciano y encorvado. (Me sigo emocionando. ¡Gracias Julio por tomarme en cuenta!).

El 23 de octubre de 2012 este destacado hombre de radio moriría a los 82 años. 

Viene muy al caso esta popular canción de los Red Juniors:

Me compré este librito para hacer gimnasia. Me encanta. Es una colección de libros pequeños. Miden 15 cm x 8 cm.

Conozco los trenes porque me llevan de visita a parte de la familia que no sé quienes son y tampoco, por lo mismo, me importa mucho.

Lo mejor es que se puede comprar unas tortillas sabrosas cuando el tren se detiene en alguna estación.

También se viaja a Valparaíso por bus. Siempre para el bus en alguna posada de Curacaví para poder ir al baño y almorzar. Se tarda bastante en viajar.
Aquí entrada al callejón Puangue desde la avenida principal que también es la carretera Santiago-Valparaíso.
Y este, como otros años, vamos unas semanas de verano a Cartagena.

Sucedió en abril

La Batalla de Santiago fue el nombre que se le dio a las protestas celebradas los días 2 y 3 de abril de 1957 en la ciudad de Santiago y que terminaron en enfrentamientos con la policía que dejaron un veintenar de muertos, por las cuales el Gobierno de Chile declaró Estado de Sitio y sacó al ejército a la calle.

Antecedentes

Durante el segundo gobierno de Carlos Ibáñez del Campo (1952-1958), el país sufrió una crisis económica que, incluso tras la adopción de diversas medidas económicas, no fue controlada. Ante esta situación, el gobierno contrata la misión Klein-Sacks, la cual propuso que se adoptaran medidas de corte más liberal, en abierto contraste con la política proteccionista establecida hasta entonces.

Entre otras cosas, Klein-Sacks propone congelar el aumento de salarios y eliminar la fijación de precios en algunas áreas. El gobierno de Ibáñez adopta algunas de esas medidas, lo que provoca el malestar de la población. Lo que detonó la crisis fue el alza de la tarifa del transporte público. Ante esta situación, las principales organizaciones sindicales, encabezadas por la Central Única de Trabajadores, convocan para una gran movilización nacional los días 2 y 3 de abril de ese año. Un poco antes, en Valparaíso, se produjo una marcha que terminó en enfrentamientos con Carabineros, acciones que se repitieron los días posteriores.

Las barricadas impresionantes de la noche del sábado 30 en Valparaíso fueron acompañadas de un espíritu festivo. La prensa denunció que bares y cantinas funcionaron hasta la madrugada, y que se había visto “grupos de exaltados que avanzaban por Avenida Argentina en total estado de ebriedad”. Contra la multitud de proletarios rabiosos el Estado sólo pudo salvarse respondiendo con descargas de fusilería.

Las protestas y la posterior masacre

La movilización en Santiago contó con el apoyo de sindicatos, centros de estudiantes y otras organizaciones sociales, así como partidos como el Frente de Acción Popular y el radicalismo.

A diferencia de lo ocurrido en Valparaíso, la movilización en Santiago se desarrolló de manera espontánea, con la gente llegando desde distintas partes y uniéndose en el camino. Así, la movilización llegó a tener cerca de 20 mil personas en el centro de la capital. Pronto comenzaron algunos disturbios. Carabineros intervino, pero los disturbios no concluyeron, sino que se agravaron. Cientos de personas atacaron y destruyeron varios locales comerciales, vehículos de transporte público, y otras propiedades públicas y privadas.

La violencia de masas, por su parte, se expresó en múltiples formas de desobediencia y ataque, de la que dan cuenta algunos extractos de la prensa burguesa:

“En la Gran Avenida, un grupo de estudiantes liceanos de ambos sexos subieron a un bus Fiat que pasaba sin guardia ninguna. Uno de los estudiantes, pistola en mano, exigió al chofer que devolviera a los pasajeros ‘los cinco pesos robados’. Como éste no atinaba a moverse ante el argumento de la pistola, una de las secundarias tomó dinero de la caja y entregó a cada pasajero el dinero que estimaba que habían pagado de más. En la esquina se bajaron muy alegres y satisfechos entre numerosos aplausos”

La Tercera, 2/4/57

“Turbas incontrolables llegaron hasta Plaza de Armas y empezaron a una metódica destrucción de bancos, casetas y faroles. Pequeñas fuerzas de Carabineros opusieron sus armas. Y aquí la gente tuvo la primera y engañosa sensación de victoria. Los uniformados escaparon casi con humillación. Vi cómo un grupo de unos 30 carabineros arrancaron de la plaza hacia Compañía seguidos de una lluvia de piedras. Se parapetaron en las puertas y en el Teatro Real. De allí disparaban al aire todavía”

La Tercera, 3/4/57

´´“Hechos sintomáticos se produjeron durante la asonada de ayer. Las turbas, en su afán sedicioso, no respetaron ninguno de los poderes constituidos del Estado. Pretendieron asaltar La Moneda y atacaron de hecho los edificios en que funcionan el Congreso Nacional y los superiores Tribunales de Justicia. La prensa no escapó, tampoco, a este afán destructor…”

La Nación, 3/4/57

Ante estos hechos, el Gobierno decide suspender provisoriamente las sesiones del Congreso y decreta el Estado de Sitio, sacando a la calle varias unidades del ejército al mando del general Humberto Gamboa, las cuales se unen a la policía y se enfrentan contra los manifestantes.

Al caer la noche del día 2, el general Gamboa informó que la jornada había dejado 16 muertos y cerca de 5000 heridos. A las 2.15 horas del miércoles 3 de abril fue asaltada la imprenta Horizonte. En esos momentos trabajaban en ella veinte operarios y el redactor de turno, periodista Elmo Catalán Avilés.

“Turbas incontrolables llegaron hasta Plaza de Armas y empezaron a una metódica destrucción de bancos, casetas y faroles. Pequeñas fuerzas de Carabineros opusieron sus armas. Y aquí la gente tuvo la primera y engañosa sensación de victoria. Los uniformados escaparon casi con humillación. Vi cómo un grupo de unos 30 carabineros arrancaron de la plaza hacia Compañía seguidos de una lluvia de piedras. Se parapetaron en las puertas y en el Teatro Real. De allí disparaban al aire todavía”

(La Tercera, 3/4/57).

“Hechos sintomáticos se produjeron durante la asonada de ayer. Las turbas, en su afán sedicioso, no respetaron ninguno de los poderes constituidos del Estado. Pretendieron asaltar La Moneda y atacaron de hecho los edificios en que funcionan el Congreso Nacional y los superiores Tribunales de Justicia. La prensa no escapó, tampoco, a este afán destructor…”

(La Nación, 3/4/57).

Consecuencias

Al día siguiente, la policía civil allanó y requisó elementos de medios de prensa opositores al gobierno. Días después, el Gobierno fue investido de facultades extraordinarias por parte del Congreso, lo que le permite detener y relegar a dirigentes opositores.

La Batalla de Santiago significó un golpe mortal para el gobierno de Ibáñez, que vio con esto prácticamente terminada su carrera política. Asimismo, significó el punto de partida para que partidos como el socialista abandonaran la política conciliadora y unificadora que lo ubicaba dentro de la centroizquierda del espectro político haciéndolo girar hacia una postura más confrontacional y radicalizada, acercándose al Partido Comunista y al marxismo, con el que había tenido fuertes divergencias en el pasado incluso catalogable de rivalidad. Otros partidos, como el radical, empiezan a sufrir divisiones internas.

“El gobierno ha perpetrado el más grave desmán, de todos los cometidos durante los sucesos: la destrucción organizada y sistemática de la imprenta Horizonte… Yo admiro la fría impasividad del señor ministro del Interior (el coronel Benjamín Videla) cuando se atreve a poner su firma a un oficio dirigido al Congreso Nacional en el cual se afirma que el gobierno cree que fueron las mismas turbas que cometieron desmanes en el centro, las que asaltaron la imprenta Horizonte”.

Senador radical Luis Bossay ante el Senado

Abrir chat
1
Escanea el código
Hola, soy Sergio Valdivia.
¿En qué podemos ayudarte?