2021

Una sociedad distópica

Despierto a inicios de este año y me encuentro en una sociedad distópica. Hay una pandemia con un virus que está matando miles de personas cada día. Nuevas vacunas, gente con respiradores mecánicos en medio de temblores, aluviones, conflictos sociales, muchos candidatos a algo y las calles de la ciudad desoladas. Hay un ambiente de peligro por todas partes.

Soy un ser social

Me gusta compartir y estoy agradecido de los amigos que nos vienen a ver en una época de mi vida en que tengo que cuidar mi salud para no correr riesgos de contagiarme con el famoso COVID-19. Y qué mejor que con un aperol. ¿Te has preguntado si tus amigos que no ves hace tiempo necesitan algo? Tal vez tu compañía sea un lindo regalo.

Ciertas personas son como luces que alumbran el camino de mi vida

Hace muchos, muchos años, incluso antes de llegar a esta ciudad donde resido, tuve que venir por una situación algo complicada y don Oscar Castillo Ossandón fue la primera persona que me tendió una mano.

De ahí nació una amistad. Una persona muy empática y servicial, siempre buscando caminos para ayudar en la comunidad. Un gran dirigente deportivo y social.

A propósito de la felicidad que nos produce servir y empatizar, creo que él ha tenido una buena vida por su caballerosidad y permanente actividad. Cada vez que me veía pasar me llamaba para platicar un rato. Hace unos días conversamos y tenía, como siempre, en su mente muchos proyectos.

Hoy, a los 91 años se va físicamente a algún lugar y se quedará en mis recuerdos por siempre.

Siento una tristeza profunda. Mi amada Monita ya está muy enferma y le quedan pocos días en esta vida. Me gusta imaginar que en algún lugar me estará esperando para que sigamos conversando y jugando.

9 de septiembre de 2021

Adios mi perrita amada. Hasta muy pronto.

Esperabas siempre que llegara de vuelta a casa, recibiéndome con la alegría y el amor que juntos nos brindamos.

Tengo mucha tristeza porque no escucharé el sonido de tus patitas alrededor mío y porque ya no recogerás la pelota que te tiraba. Tengo el consuelo que te fuiste sin sufrir y que en toda tu existencia te dimos una vida feliz donde nada te faltó. Me ayudaste a ser mejor humano.

Fuiste una mascota muy querida por amigos y vecinos. Siempre te admiraron por tu educación, dulzura y expresiones de cariño.

Te quiero imaginar en algún lugar hermoso asomándote a una ventana para verme llegar. Confía. Iré a encontrarme contigo y nos abrazaremos como siempre.

Sergio Valdivia C. y Monita

Acostumbramos compartir a fin de año. Siempre hay alegría y camaradería.

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