2019

Érase una vez…

Érase una vez, hace mucho tiempo, tanto que nadie se acuerda cuánto, yo fui niño. Y se publicaba una revista sobre cine llamada “Ecran”. Como me gustó siempre leer mucho y de todo, supe de los artistas de la época. Y de un concurso para ganarse copia de la llave del departamento de Doris Day, una atractiva actriz y cantante de esos años y que con el tiempo se convirtió en una leyenda de Hollywood. Dejó el cine hace unas décadas y se dedicó a campañas de protección de los animales.

Me gané la llave y la conservé durante muchos años esperando un día tener el dinero suficiente para viajar y visitarla.

Finalmente, no reuní el dinero a tiempo y perdí la posibilidad de llegar un día con un ramo de flores, abrir la puerta de su departamento y poder gritarle “¡Sorpresa!”. Hoy 13 de mayo ha fallecido a la edad de 97 años.

Ahora que lo pienso… quizá la llave ni le hacía a la cerradura.

Hace ya un buen tiempo que tengo la firme convicción de que el momento de visitar a los amigos es ahora. Nunca se sabe si habrá un mañana.

Amistad

En la foto, mi fiel amigo Bernardino Gutiérrez. Me ha acompañado durante 34 años (a esta fecha de 2019). Su rostro refleja una vida dedicada al trabajo agrícola. Un agricultor no de escritorio, sino de la tierra, del campo mismo. Revela a alguien que vive y ha vivido. Y esa vida, la hemos compartido.

Vivir ahora

Acaba de fallecer Marie Fredriksson, cantante del grupo sueco Roxette. Jovencita, ¡61 años! De un tumor cerebral que cualquiera de nosotros puede tener en cualquier momento.

He visto morir a tantos amigos, algunos de edad, pero la mayoría yo pienso no tenían para que irse todavía, tenían mucho que dar.

Yo perdí seres muy queridos que abandonaron este mundo siendo muy jóvenes. Algunos de enfermedad. O, por ejemplo, cuando era más joven que ahora, una gran amiga del alma de treinta años salió feliz de su casa porque nos íbamos a juntar para tomar decisiones con respecto a nuestras vidas y proyectos comunes. Simplemente camina unos veinte metros y un conductor ebrio la mata ahí mismo, al cruzar la calle.

Por esto enseño siempre a aprovechar el día, a compartir con los amigos o seres queridos, ahora. A comunicarse a tiempo. Porque “mañana” puede que no exista. “Tenemos que vernos”, “tenemos que conversar”, “nos juntamos un día de estos” … son frases postergativas y carentes de valor.

He tenido la “suerte” de seguir en este mundo, aún cuando ya realicé todo lo que vine a hacer y realicé todo lo que me pidieron. Ha sido una vida buena, sin tener que estar sujeto a horarios rígidos, ni depender de vestuario especial para ser aceptado. He realizado muchos trabajos, creado mucho, aprendido. He vivido muchas vidas en una. Y he hecho lo que me gusta. De modo que la vida ha sido más bien como un juego. He procurado mantener firme mis principios de ética y estética, mi respeto a todos los seres humanos y los seres vivos en general. Y la vida me ha ido premiando por eso.

Me he mantenido con una mente tranquila porque siempre tengo voluntad al bien y buena voluntad. He estado disponible para ayudar y apoyar. Lo que no sé, lo aprendo, y bien. Luego lo enseño de manera fácil de comprender. El daño que me puedan haber hecho ya se me olvidó. Las falsedades que puedan decirse de mí (como de toda persona), no requieren siquiera un minuto de ocupación de mi parte. Ni el rencor ni el odio existen en mí. Sólo yo puedo impedir que me hagan daño.

Tal vez por eso aún todavía hay mucha gente que me quiere, algunas me desean todavía. Sin embargo, lo más importante, muchas me aman. Y yo les amo.

Sergio Valdivia Correa

He cruzado el desierto sobre un caballo sin nombre,

me sentí bien estando fuera de la lluvia.

En el desierto, no puedes recordar tu nombre,

porque no hay nadie para hacerte daño.

Te veo feliz. Te ves más joven.

Así me dicen amigos y conocidos este último tiempo. Aquí te revelo el secreto de por qué sucede esto. A lo mejor, te sirve a ti también.

Haciendo un recorrido por mi vida, encuentro que ha sido muy interesante. He vivido muchas experiencias y muchas vidas en una. Mi existencia ha sido intensa y he podido apoyar a cientos de miles de personas a tener una vida mejor.

Mirando en perspectiva he sido feliz y soy muy feliz. Y similar a como se dice en tenis, he tenido muchas veces cambios no forzados, cambios que yo no busqué. Sin embargo, en esa perspectiva, han sido necesarios y buenos.

Puedo decir que soy y he sido feliz. Sin embargo, no ha sido una vida fácil. Ha habido muchos errores, amarguras, desilusiones, traiciones y otros eventos desagradables. Pero aprendí hace años que la vida es así, no es perfecta. Hay que aceptar que encontraremos sinsabores y que estamos en una especie de lucha constante con el medio externo e interno. No elegimos como es la vida, simplemente así funciona. Por lo mismo yo no soy perfecto ni nadie con quien me relacione lo es. Puedo ser perfectible, pero quizá jamás seré perfecto. Me acepto con mis virtudes y mis defectos, eso sí con el propósito de mañana ser un poco mejor que hoy.

Cuando aprendí a aceptar los sufrimientos y tristezas, las desilusiones o amarguras, como parte de la existencia, he podido disfrutar plenamente los momentos felices. Y todo pasa, nada es tan grave. De modo que una buena manera de vivir bien es ser consciente del presente, de cada momento que sea posible. Estar cien por ciento con la vida y con la persona con quien te encuentras.

He aprendido hace tiempo a ser agradecido de las experiencias y de las personas con quienes me encuentro. Cada día, agradezco estar todavía vivo y tener más oportunidades de servir y ser mejor, de amar y de tener voluntad al bien.

A mí me ha hecho esto muy feliz y me permite quitarles el poder a las situaciones ingratas. Quizá a ti también te resulte.

Agradecido por recibir reconocimientos en vida

Hoy soy inmensamente feliz

Gracias a la vida. Gracias a la confianza que siempre puede haber una nueva oportunidad, una nueva puerta que se abra. Me parece que ayuda creer en sí y a no dejarse llevar por las adversidades. Los momentos ingratos sirven para fortalecerse y esperar la llegada de grandes alegrías.

Abrir el corazón y conversar de alma a alma puede ser muy liberador. Cada edad es bella y hay alguna en que ya no importa lo que otros puedan pensar. Te atreves a hablar, aunque puedan interpretarte de manera equivocada. Si hay un malentendido se puede establecer comunicación y aclarar las diferencias. Qué bien. Y si la otra persona no está dispuesta a comunicarse, bien también. Lo importante es ser cada día más consecuente y libre, más auténtico y más pleno.

Hoy soy inmensamente feliz. Me ha llegado la alegría de otro reencuentro familiar. Vivimos en un mundo en que no hay fronteras reales y que podemos viajar tan fácilmente. Si lo quieres.

Como les ha ocurrido a muchas personas, he sentido cuando me han dado un “portazo en las narices”. Pero, créeme, no es una puerta que se cierra… ¡la presión que se produce abre otras puertas!

Si te hace sentido algunas de estas frases, ¡atrévete a tomar el mando de tu vida!

(El dibujo -«Familia-, está tomado de un libro de la «Junta de Jardines Infantiles, JUNJI, Chile. El segmento de chat me fue enviado a mí ahora.)

Escribo esto, como siempre, por si a alguien le sirve.

Agradecido que muchos se alegren desinteresadamente de verme feliz y que se dan cuenta que no es una pose para una foto. Obviamente, eso aumenta mi felicidad.

Y sí, estoy pasando por una etapa de mi vida de felicidad, tranquilidad, paz y de realizaciones. Disfrutando el esfuerzo de tantos años.

Más agradecido que nunca, especialmente de la gente buena. Y hago el intento de llevar más felicidad a quienes me rodean. Lo que incluye alegrarme desinteresadamente cuando te sientas feliz.

Los comportamientos desagradables de algunas personas que puedan estar cerca mío, se me olvidaron ya. No duran en mí esas vivencias. Y de las que ya no están cerca de mí, ya ni me acuerdo de quienes eran ni de qué me hicieron. Sé que cada persona hizo lo que creía conveniente, conforme a sus conocimientos y creencias.

Camino desenganchado del pasado. Soy diferente, he cambiado, como también los demás han cambiado y como el mundo ha mutado y lo seguirá haciendo.

Estoy feliz y en paz. He cumplido y gozo cada paso que doy. Hace bien tener voluntad al bien y buena voluntad.

Ágora

Muy agradecidos por los años compartidos decidimos pasar a otra etapa y vendemos nuestro sagrado terreno que llamamos el «ágora». Ponemos a la venta diverso material que se acumulo de las antiguas sedes del Instituto.

Viajamos al norte para saludar a nuestros queridos amigos Carolina y Alvaro.

Compartiendo con mi hermana un concierto

Año de eclipse

Salud. Sí, hasta ahora, buena salud.

Estallido social

Más de un millón de pesonas sale a las calles sorprendiendo a las autoridades ya que no hubo un liderazgo ni convocatoria de algún partido social u organismo determinado. Hay antecedentes de manfiestaciones menores principalmente de estudiantes. Sin embargo, nadie se esperaba esto.

Es que estamos hartos de los abusos, de la dedigualdad de oportunidades en la sociedad, de una Constitución ilegítima que rige el país y de un gobierno de derecha que no tiene consciencia ni conocimiento de las necesidades y motivaciones de la gran mayoría de la población que no pertenece al 10% más rico del país.

Por supuesto se comienza a decir que es obra de los comunistas, de Venezuela o de Cuba. A algunos les es imposible reconocer que la mayoría de las personas vivimos en un sisema de injusticias y desigualdades. Aquí salió la gente común y corriente y sin representar a un partido político determinado.

Sin duda, se trata del «reventón social» más extendido, violento y significativo que ha vivido el país en toda su historia. Y el único, además, que hasta ahora no ha dado lugar a una sangrienta masacre como respuesta por parte de los aparatos policiales y militares del Estado central.

Debe tenerse en cuenta que en Chile, desde 1973, se impuso por la violencia extrema un modelo neoliberal «de laboratorio», por la necesidad estratégica de demostrar, en el marco de la Guerra Fría, que la economía de mercado podía generar «desarrollo económico social» y no solo «subdesarrollo», como se planteó en el Tercer Mundo en las décadas de 1960 y 1970.

A esos efectos se dictó la Constitución de 1980 (ilegítima), se aplicó el modelo neoliberal diseñado por la Universidad de Chicago, se habilitó la entrada libre para el gran capital financiero internacional. Una vez que el dictador cayó, la vieja clase política civil chilena aceptó administrar la herencia recibida.

En ese contexto, el actual gobierno (de derecha y neoliberal puro) que, paradojalmente, fue elegido por segunda vez –no consecutiva– con una mayoría significativa, se sintió cómodo para iniciar una serie de propuestas legales tendientes a perfeccionar aún más la rentabilidad empresarial, apostando a que esa rentabilidad es la base del desarrollo excepcional de Chile, un modelo neoliberal que es ya el más perfecto del orbe. Enceguecido por su triunfo electoral, Piñera no tomó en cuenta la caldera de presión que tenía bajo sus pies.

La actitud y las declaraciones del presidente Piñera son patéticamente expresivas de esa ceguera («somos un oasis en la convulsionada América Latina»). Por eso, solo faltaba la chispa (cualquier chispa) que hizo estallar todas las calderas a propósito de una aparente nimiedad: un alza de 30 pesos (0,04 dólares) en la tarifa del Metro de la capital, un sistema de transporte particularmente caro. Cuando la opresión sobre la ciudadanía total es múltiple y llega a un punto barométrico extremo, cualquier bengala puede producir el estallido de una crisis larvada y alargada por demasiado tiempo.

25 de diciembre

Un alma quebrada

Mis sentimientos están hoy divididos. Estoy feliz por estar en contacto con tantas personas que me quieren. Sereno y en paz por lo que he vivido y por lo que estoy viviendo. Tengo todo lo necesario para estar tranquilo.

Pero no soy completamente feliz. No puedo ser indiferente a otras situaciones que hoy se viven. Más de doscientas casas consumidas por las llamas, más de doscientas familias que en la noche de navidad se quedaron sin nada. Todo debido a desalmados (ni siquiera puedo llamarlos simios o bestias, porque sería ofender a los animales), desalmados (seres sin alma) digo, que provocaron un enorme incendio forestal. En esta vida no hay justicia, ojalá que haya al menos en otra vida. Nosotros hemos creado estos seres sin alma.

Estamos al parecer indefensos ante los delincuentes. Por un lado, estoy contento que la gente se exprese y no quiera más el saqueo de los grandes empresarios, de las pesqueras, de las farmacias y sus abusivos precios de medicamentos, del negocio que hacen con los fondos de pensiones, del robo descarado que se hizo en dictadura de las empresas del estado, de la deficiente salud pública, en fin, de tanto saqueo. Gracias a las marchas y protestas el gobierno algo empieza a reaccionar. Pero no gracias a los vándalos y delincuentes que han hecho este país más pobre, más bien a pesar de ellos. No tiene nada de romántico ni de héroes que al saqueo de unos se responda con el saqueo de otros.

Esta violencia afecta especialmente a los más pobres, a quienes tienen menos recursos. Los que tienen grandes capitales, tienen siempre a que recurrir. O simplemente, envían su dinero a paraísos fiscales o se van del país. Las empresas multinacionales vuelven a abastecerse o se van a otro barrio o a otro país. Los pequeños comerciantes no tienen alternativa y si les roban o incendian su negocio, no tienen cómo levantar su comercio de nuevo.

No debería permitirse construir otra vez sus viviendas en las pendientes de los cerros, porque volverán a incendiarse, dice una periodista. Creo que ella vive en una casa sólida y bien ubicada como yo. Le falta comprender que las personas de pocos recursos no eligen donde vivir, sino que viven donde pueden. Es violenta la desigualdad. Y más violento es reaccionar ante la violencia con más violencia.

¿Quién va a responder por los sueños de esta navidad de más de doscientas familias? ¿Dónde estaba el niño Jesús esta noche? ¿Será que decidió que esta civilización comience a llegar a su fin?

Lo que haces a mi hermano, a mí me lo haces.

Es mi opinión.

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