Todos necesitamos defendernos de pensamientos y actitudes negativas que nos puedan dirigir. Por muy buenos que nos creamos alguien nos atacará.
Supongamos que hago todo bien. Bueno, eso es lo que creo, pero puedo equivocarme y, sin querer, dañar u ofender a alguien. Y si esta persona es rencorosa o tiene baja autoestima, es muy posible que me envíe a lo menos vibraciones negativas.
Aun actuando con amor y voluntad al bien hacia los demás, no a todos les gustarás. Si estás con alguien, a algunos les molesta que esté con alguien. Si no estás con esa persona, a algunos les molesta que no estés con esa persona. Muchos interpretarán erradamente cometarios, gestos o actitudes, de acuerdo a lo que tienen en su propia mente. Las personas tienen su propia realidad construida en base a sus experiencias, traumas, bloqueos e historias de vida. De modo que es muy fácil que te mal interpreten y te juzguen sin fundamentos reales.
También hay un fenómeno llamado “generalización de estímulos”. Si una persona ha conocido a otra con la que se ha disgustado y si esta otra persona se parece en algo a ti, por ejemplo en tamaño, color de pelo, tono de voz, ropa, etc., entonces inconscientemente sentirá molestia hacia ti; muy luego su ente consciente buscará una justificación para interpretar la sensación que siente y te atribuirá algo negativo.
Hay gente que te tiene envidia y hará todo lo posible por dejarte mal. A veces, hay personas despechadas que han querido algo contigo y a ti no te han gustado.
Y si tienes una posición de liderazgo, peor aún. Todos te observan y muchos te critican.
La maledicencia y la crítica negativa abundan. Muchas personas no tienen una mejor manera de afianzar su ego y su estima personal. Lo logran descalificando a los demás.
Esas vibraciones negativas, pensamos, se transmiten de alguna manera y pueden llegar a tu mente, afectar tus emociones y, en consecuencia, dañar tu cuerpo físico.
Sin embargo, es fácil aprender a protegerse. Nada negativo te tocará y tu salud estará mucho mejor. Es como si tuvieras una protección de espejos: todo rebota en ellos y se devuelve a quien emitió esas vibraciones dañinas.
Ayuda sentir amor por los demás, cultivar pensamientos positivos, practicar el perdón. Mantiene la serenidad en ti y nada podrá hacerte daño. Serás como un espejo que refleja lo mismo que te envían sin que penetre en ti. Este espejo puede tener una especie de filtro en que sólo entre lo positivo.