Serás feliz si eliges bien: juegos finitos o juegos infinitos

La vida debe vivirse como un juego infinito. El objetivo de la vida no es ganarle a otros sino continuar viviéndola al máximo.

En nuestra vida siempre entraremos y saldremos de juegos finitos. No hay manera de evitarlos. Si quieres un título universitario, necesitas participar del juego. Si quieres participar en las olimpíadas, necesitas jugar el juego finito.

Sin embargo, cada participación en un juego finito debe estar sostenida en un juego infinito mayor. Cada juego finito que juguemos necesita tener un propósito de mantenernos en el juego infinito de la vida.

Si nos convertimos en personas que sólo están jugando el juego finito de la vida, seremos personas manipuladas por la sociedad, la publicidad, etc. Y también estaremos creando un mundo centrado en nosotros donde el único objetivo es ganar a costa de los demás. Terminaremos solos, sin amor de otros y nos daremos cuenta, al final del juego finito, que había un juego infinito más interesante al que nunca fuimos parte.

Por el contrario, si nos convertimos en individuos que están jugando el juego infinito de la vida, nuestro objetivo no será ganar, sino jugar. Nuestro objetivo no se medirá en éxitos, títulos o dinero, sino en días vividos al máximo. Tendremos grandes amigos y fructíferas relaciones. Estaremos llenos de amor. Nos levantaremos cada día emocionados por seguir jugando.

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