Esta película se estrenó el 2 de Abril de 1968 en el Uptown Theater de Washington D.C (Estados Unidos). Considerada obra fundamental de la ciencia ficción, fue dirigida por Stanley Kubrick. Técnicamente novedosa, espectacular y arriesgada, fue un trabajo muy adelantado a su época.
Con el tiempo se convertiría en una obra de culto y mucho más. La película sirvió de fuerte inspiración para realizadores como George Lucas, Steven Spielberg y Christopher Nolan.
El guion fue escrito por el escritor y científico británico Arthur C. Clarke y el mismo Stanley Kubrick. El punto de partida fue un cuento escrito por Clarke llamado «El Centinela», de 1948 y publicado originalmente en la revista «10 Historias de Fantasía». (Recordemos también que el libro de «2001: Una Odisea del Espacio», es una suerte de versión más extensa de «El centinela» -con algunas importantes diferencias- y fue escrito en la misma época en que se rodaba el film).
Fue protagonizado por Keir Dullea y Gary Lockwood, y tocaba temas de gran profundidad como la «Inteligencia Artificial», la evolución del ser humano y las entidades extraterrestres. Estas últimas eran representadas por unos «Monolitos» de apariencia inerte, pero con fuerte influencia en momentos claves de la humanidad, tales como el descubrimiento de la «herramienta» y «la guerra», hitos en la evolución técnica y científica del ser humano.
Actualmente, el film es objeto de estudio por parte de cinéfilos e intelectuales. Es indudablemente, un clásico por demás esencial…y «obligatorio» para los amantes de la ciencia ficción.
He visto esta película varias veces. Y en cada ocasión encuentro más detalles interesantes para reflexionar. De hecho, me dispongo a verla de nuevo.
Encuentro notable la imaginación creadora del escritor y guionista Arthur C. Clarke y la extraordinaria forma como el cineasta Stanley Kubrik pudo llevar estas ideas a una película. Aún decenas de años después, sigue teniendo ese aire futurista de una realidad que todavía no existe, pero que puede estar muy cerca o muy lejos.
Claramente la predicción de que una odisea de este tipo podría ocurrir el año 2001 no fue acertada. Escribo esto en el 2024 y todavía falta mucho para lograrlo, si es que la humanidad alcanza a realizarlo antes que su civilización se termine.
Para la mayoría de las personas, incluído yo, se hace difícil interpretar la escena final. No logré por mi mismo llegar a la conclusión correcta. Aquí la comparto. Así que si formas parte de esas extrañas criaturas humanas que todavía no la ha visto, te sugiero disfrutar primero de «2001, Odisea del Espacio» antes de seguir leyendo.
El mismo Stanley Kubrick explicó el final en una entrevista telefónica para un documental japonés sobre fenómenos paranormales dirigido por Jun’ichi Yaoi en 1980.
«La idea era que él (Dave) es atrapado por entidades extraterrestres que parecían divinas, criaturas de energía pura e inteligencia, sin forma ni figura. Lo ubican en lo que se podría describir como un zoológico humano para estudiarlo, y toda su vida transcurre desde ese momento en esa habitación. Allí se pierde el sentido del tiempo que simplemente transcurre como en la película». Y añade: «Ellos (los extraterrestres) eligen esta habitación, una réplica deliberadamente inexacta de la arquitectura francesa, porque alguien sugirió que era algo que podría ser bonito para él, aunque no estaban del todo seguros. Del mismo modo que los humanos no estamos muy seguros de qué hacer en los zoológicos con los animales, a los que tratamos de dar lo que creemos que es su entorno natural. De todos modos, cuando terminan con él, como sucede en tantos mitos de todas las culturas del mundo, se transforma en una especie de súper ser y es enviado de vuelta a la Tierra, transformado y convertido en un superhombre. Sólo tenemos que adivinar lo que sucede cuando regresa. Es un gran patrón de la mitología, y eso es lo que intentamos sugerir».